(He tomado “prestada” esta imagen para “graficar” sobre el
tema).
Surge la posibilidad de hacer un regalo, nos preparamos para
ir en la búsqueda del presente; recorremos lugares, espacios, dedicamos tiempo
extra pero… Nos importa cumplir con nuestro propósito.
Logramos el presente, nos gusta, nos alegramos y esperamos
el momento de entregarlo, y…
… Resulta que, quien lo recibe, tal vez se pueda emocionar,
tal vez, sorprender y…
… Notamos que, quien recibe el presente, va mostrando
señales de “incomodidad”, tal vez se vuelve “distante” al trato y, hasta, quizá,
nos empieza a mirar medio… “raro”.
Al principio, no entendemos què pasa, pero es cuando
empezamos a descubrir, en la mayoría de las personas, cada vez màs hoy en dìa, el enfermizo ejercicio del “conflicto-interno-personal”.
Està bien que, cada persona, de acuerdo a la vida que le
toca por vivir, las experiencias que ha ido acumulando, va a “responder” acorde
a tooooooooooodo ese bagaje de experiencias que fueron forjando su conducta.
Eso, es respetable, comprensible hasta cierto punto, pero; nos encontramos que
descubrimos que, cada vez màs, las personas se han vuelto agresivas, cada vez
màs están a la “defensiva”; hasta que están preparadas para ir al choque ante
cualquier demostración de cortesía…
… Es cuando comenzamos a identificar que, hoy en dìa, es
preferible quedarse “quietito” y evitar malos momentos que vienen de arriba!.
Siempre pensé que, en la vida, es hermoso “desplazarse” por
la vida de una forma sencilla y natural, fluir en cada momento y llenarse de
satisfacciones; pero, cada vez màs, estoy descubriendo que, “cada-vez-màs”
muchas personas están màs que lejos de comprender el “mecanismo-saludable-de-aprender-a-recibir”.
He observado cada planteo y cada reacción, màs que inesperados
y hasta desagradables; màs que lejos del propósito inicial de un simple
ejercicio de obsequiar, a quien sea, un detalle tal vez lindo que hasta le
puede hacer feliz.
He identificado tantas reacciones ilógicas, inesperadas y
con tantas reacciones poco comunes que reflejan conflictos en algunas personas
que me hacen pensar que el ser humano està aprendiendo a “deshumanizarse” y
que, extrañamente, hacen un ejercicio cotidiano de manejos de culpas varias y
vaya a saber un montòn de conflictos sin resolver donde, “sanamente” me hace
pensar que no es “saludable” lidiar con “desarreglos” mentales ajenos en los
que, de “arriba”, ligamos situaciones desagradables que no tienen por què ser.
Parece que, hoy en dìa, la “simplicidad” de las cosas se han
tornado en algo incomprensible y “complicado” y que, ahora, el ejercicio
cotidiano es, en las personas, convertirse en “gladiadores-de-destrucciòn-de-cosas-agradables”.
Me acuerdo que una vez, en la India, había estado charlando
con un señor del lugar y, al despedirnos, le entreguè un caramelo de obsequio.
Me mirò medio extrañado, se despidió y comenzó su recorrido. A los pocos pasos,
girò y me gritò:
-
¿Por què?.
A lo que le respondì:
-
¿Por què no?.
Le vì de pie mirando el caramelo y, luego,
me gritò:
-
-Usted tiene razón!.
-
A lo que le respondì, con una sonrisa:
-
Ya lo sè!.
-
Por supuesto que lo sè y lo defiendo todo
el tiempo:
¿Por què no a la vida?.
¿Por què no a la alegría?.
¿Por què no a la gratificación de cosas
lindas, a las sorpresas?.
Pero, aprendì que hay que ser màs selectivos
en cuanto a quièn ofrecer un obsequio, asì sea un caramelo.
Todos somos diferentes y tenemos distintos cúmulos
de experiencias de vida; asì como distintas respuestas a cada situación que se
nos presenta.
Todo es respetable, dentro de lo aceptable
y respetando las posibilidades de cada uno; pero, cada vez màs, identifico que,
“cada-vez-màs” estudio mucho con quièn puedo llegar a tener una cortesía,
cuàndo, dònde y còmo y, si va a ser un momento alegre o si me va a representar
una desagradable situación de planteos màs que extraños, llenos de conflictos
de mentes llenas de “chatarras” desagradables que no tienen nada que ver
conmigo.
Aprendì, tal vez con tristeza, que la simplicidad
y la naturalidad, hoy en dìa, parece que son algo que “invita”, en muchas
personas, a la agresión inmediata, a
situaciones desagradables que no se tiene por què aceptar.
Entonces…
… Si
se piensa en hacer un obsequio, asì sea un caramelo…
… Es mejor pensarlo mil veces y…
… Aprender a hacernos regalos a nosotros
mismos y, a los demás…
… Mejor regalar una sonrisa y nada màs.
ADRIANA GROSSI
13/09/17