(He tomado "prestada" esta foto para "graficar" sobre el tema).
La vez pasada, pedí en la carnicería que cortaran una tira fina de costilla de cerdo para hacer un preparado.
Para "cortar" el proceso de "descomposición" de la carne, procedí de la siguiente forma:
Corté en trozos la tira de costilla de cerdo.
En un bowl, vertí mostaza-de-supermercado. La mostaza, con su base de vinagre y especias, permite lograr un macerado "fuerte" donde las bacterias no se ponen... "Contentas".
Agregué azúcar refinada para "nivelar" los "ácidos".
Mezclé bien y comencé a introducir cada trozo de la costilla de cerdo hasta que todos sus lados estuvieran cubiertos con la mezcla.
En un recipiente, con tapa hermética, fuí colocando cada trozo de costilla untado. Una vez realizado esto, vertí el resto de la mezcla hasta cubrir. Luego de colocar la tapa del recipiente... A guardar en la heladera!.
Cuando dispuse de preparar los trozos de costilla, retiré recipiente de heladera; aparte, corté en finas rodajas cebollas grandes y las coloqué de "base" en la fuente para horno.
Coloqué, sobre las cebollas cortadas, los trozos de costilla.
En el recipiente, está la mezcla de macerado.
Que se verterá sobre los trozos de costilla.
Se colocará la fuente lista en el horno, ya encendido para que haya tomado temperatura, y...
... Con paciencia tipo "Zen", se esperará al tiempo de cocción.
Con la práctica, se logra identificar el tiempo de cocción del preparado. Se percibe cuando las verduras, en este caso las cebollas, van soltando sus jugos a medida que se incrementa la temperatura del horno y el tiempo en que están expuestas al calor.
Ya cuando el aroma se hace "intenso", por la fuerza de la mostaza, procedemos a sacar la fuente del horno para verificar la cocción.
Estamos hablando de un "Pre-cocido" y observamos que la superficie de los trozos de costillas ya presentan un cierto tono dorado; la cebolla ya está más "blanda" y, sus jugos, se están "fundiendo" con la mezcla de mostaza.
Damos vuelta cada pieza de carne para seguir la cocción y removemos suavemente las cebollas cortadas; así, se va "equilibrando" la "humedad" de la cocción.
Luego de otro tiempo suave de cocción, sacamos la fuente del horno y procedemos a taparla con una lámina de papel de aluminio. Sellamos todo por los bordes y colocamos, nuevamente, la fuente en el horno.
El papel de aluminio, permite que las cocciones no pierdan humedad y las piezas, sobre todo de carnes, queden más tiernas y sabrosas.
Hasta, si se dispone de tiempo y no hay algún comensal "acechando" la cocina, se puede apagar el horno y dejar la fuente tapada al "abrigo" del calor.
Luego, retiramos la fuente, retiramos la lámina de papel de aluminio y...
Se podrá observar que la carne, en este caso de cerdo, ha quedado suavemente dorada y... Muy tierna!.
Parte de las hebras de cebolla se ha dorado y hasta caramelizado.
Y... Se procede a servir la porción a cada comensal.
ADRIANA GROSSI
05/07/15
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